jueves, 22 de septiembre de 2011

¿Quién quiere ser millonario?

Fuente: http://mundovisual.blogia.com/temas/humor-grafico.php
Un millonario es una persona que tiene muchos millones. Un ricachón, como se ha llamado toda la vida. Luego están los multimillonarios y demás personajes de una riqueza estratosférica. Pero, ¿a partir de cuánto dinero podemos decir que una persona es rica o de clase alta?

Hace muchos años, tener un millón de pesetas era bastante dinero. Hoy día, con esa cantidad (6.000 €) no eres nadie. Más que nada porque un piso puede costar unos 200.000 € (o un poco más o un poco menos, depende de dónde y cómo esté). Pero claro, de ahí a llamar clases medias a aquellos que tienen 700.000 euros de patrimonio, como dice el señor Arturo Fernández (no el de “chatín, chatín”, sino el presidente de la CEOE, la patronal para entendernos), hay un paso enorme.

El impuesto de patrimonio que pretende recuperar el Gobierno afectará a unas 160.000 personas cuyos bienes superan los 700.000 €. Es decir, casi 120 millones de pesetas, que se dice pronto. Si esto no es ser rico, que baje Dios o Alá o Buda o el que sea y lo vea. Porque si estos señores son clase media, yo soy poco menos que un paria. Y los que ‘infraviven’ en el llamado cuerno de África con menos de un euro al día, ¿qué son?

A personajes como Arturo Fernández o Emilio Botín tendría que darles vergüenza salir en televisión diciendo que están en contra de este impuesto porque les afecta a ellos. Ellos que son tan de ‘clase media’ (no se me ofenda usted, Sr. Fernández), tan luchadores, que se han pasado toda la vida trabajando y ahorrando para conseguir unos dinerillos con los que sobrevivir… Y ahora, por tener 700.000 eurillos de patrimonio quieren hacerles pagar más impuestos. Pero, ¿dónde vamos a llegar?

Haciendo un poco las cuentas de la vieja, podríamos realizar un cálculo fácil y rápido. Con un sueldo de mileurista, harían falta 700 meses para alcanzar los 700.000 euros de patrimonio. Por supuesto sin comer ni nada de eso, que no estamos para gastos superfluos. Y 700 meses suponen más de 58 años trabajando. Bien, a este ritmo todos podemos ser clase media. En conclusión: ¡¡¡¡¡cuánta falta haría un Robin Hood del siglo XXI!!!!!

martes, 6 de septiembre de 2011

¡¡¡- POLICÍA + EDUCACIÓN!!!

Fuente: laoveja100.wordpress.com
Uno de los cánticos más repetidos por el movimiento 15M es el que dice así: “¡¡¡menos policía y más educación!!!”. Nunca estuve totalmente de acuerdo con este grito porque si bien creo que la educación pública va de mal en peor, no por ello hay que culpar a los cuerpos de seguridad del Estado. Sin embargo, tras las últimas manifestaciones a las que he acudido he comprendido el verdadero sentido de este lema.

La persecución de la que es objeto el ciudadano que se manifiesta para exigir sus derechos, con un despliegue policial como si fuésemos terroristas, choca frontalmente con la cada vez mayor escasez de recursos y de profesionales para temas tan esenciales como el educativo y el sanitario. Los recortes en la sanidad pública catalana o el ataque que está sufriendo la educación pública madrileña (y lo que está por venir en el resto de comunidades), son de juzgado de guardia. Se aumenta la partida policial para luchar contra manifestaciones cívicas y justificadísimas, mientras se reduce el profesorado de forma brutal. ¿Es o no es esto un ataque frontal al sistema público?

Otro tema es las cada vez más crecientes y preocupantes actuaciones violentas de las fuerzas del orden (en ocasiones más bien del desorden). Parece que hay algunos agentes bastante sedientos de sangre y de palos que empañan la buena actuación de otros compañeros. Tal vez habría que adaptar el lema y decir: “- poliZías (con Z de NAZIS) y + policías (con C de CIVISMO)”, o “menos policías malos y más policías buenos”. O quizás: “menos policías sin educación y más policías con educación”.

En resumen, que la seguridad es necesaria para un país, pero la sanidad y la educación lo son aún más. Y en Madrid, en Cataluña y cada vez en más puntos de nuestro país se está atacando frontalmente a estos dos pilares fundamentales de nuestra sociedad. Detrás se esconde un preocupante trasfondo de privatización de todo lo público. Y es que parece que nuestros dirigentes se están empeñando últimamente en saltarse las reglas ortográficas y escribir SANIDAD con $ y EDUCACIÓN con €.