jueves, 6 de octubre de 2011

Eufemismos

La gente emplea constantemente gran cantidad de eufemismos para tratar de suavizar algo que se quiere decir. Es una forma de disfrazar las palabras para que no suene tan mal. Por ejemplo: en vez de decir que alguien es feo, le diríamos que tiene una belleza difícil de apreciar en las distancias cortas y a plena luz del día.

Pues los políticos, los empresarios, los banqueros... los poderosos en definitiva, utilizan muchos eufemismos, y ahora en tiempos de crisis más que nunca, para enmascarar la realidad o al menos quitarle un poco de dramatismo a la situación. Veamos algunos ejemplos:

  • Para no hablar de privatizaciones (en sanidad, educación, etc.), dicen que se está llevando a cabo una reordenación del sector público (esto se lo escuché el otro día a Griñán -PSOE- y hoy a Bauzá -PP- en Los Desayunos de TVE).
  • Inyectar liquidez a las entidades bancarias para que reactiven el sistema financiero, no es otra cosa que dar dinero a los bancos para que especulen.
  • Malversar es robar, aquí y en Pekín. Pero cuando se habla de mucha cantidad de dinero suena más bonito decir malversación que robo y llamar malversador al ladrón.
  • Cuando se habla de reestructuración en la empresa, es que van a hacerse importantes recortes de plantilla. Para entendernos, que van a despedir a un montón de trabajadores.
  • Zapatero se empeñaba en llamar desaceleración económica a la crisis. Y una crisis es una crisis, y por mucho que se hable de “difícil momento coyuntural”, “debilidad del crecimiento económico” o “brusca desaceleración”, la situación no pierde gravedad.
  • Y claro, por culpa de la crisis se han tenido que rescatar países como Grecia, Irlanda, Portugal y lo que está por venir. Y un rescate no es otra cosa que prestarle al país en quiebra dinero a un interés altísimo para que se endeuden aún más y tarden más tiempo en salir del agujero.
  • Y podríamos seguir diciendo que aquellos que tienen las rentas más altas son los ricachones de toda la vida. O que apretarse el cinturón es privarse de muchas cosas básicas para que otros no se priven de nada. Y que nunca ha habido recortes, sino reajustes presupuestarios. Y así, hasta el infinito y más allá, que diría el de Toy Story.

2 comentarios:

Carmen dijo...

Lo que pasa, que ya cada vez vamos quedando menos tonto. O al menos es lo que quiero creer.

Un abrazo.

Juan Palomo Sinmiedo dijo...

cierto. ha costado despertar, Gloria, pero parece que ya hemos echado a andar...