jueves, 2 de junio de 2011

El tiempo como una losa

Las semanas transcurren sin estímulos ni alicientes. Condenado a una rutina de la nada, a un estancamiento absoluto, los días pasan lentos, pausados, esperando que llegue la noche para que al día siguiente comience otra jornada marcada por la monotonía y la exasperación. Un círculo vicioso de ansiedad y desconsuelo.

Al pozo del desempleo se puede caer fácilmente, por diversas causas, pero salir de él resulta bastante complicado. Es difícil mirar al horizonte cuando no atisbas ni una pequeña luz a lo lejos. Anclado, varado en medio de la nada, como la barca de un pescador que no se cansa de tender la red una y otra vez y siempre la saca vacía.

Por esto, por todo esto, me pregunto hasta cuándo puede soportarse una situación así. Yo ya llevo aguantando un año y nueve meses, con alguna esporádica y breve incursión laboral de por medio, apenas reseñable. Y esa falta de motivaciones, esa sensación constante de desánimo es la que te aprisiona y corroe por dentro y hace que el tiempo transcurra como una losa, pesada y fría, que te hunde y te aplasta. Una losa llamada paro que en estos tiempos de crisis se convierte en una carga asfixiante.

Fuente: http://elchistedemel.blogspot.com

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