lunes, 23 de mayo de 2011

Y ahora, ¿qué?

Llevaba pensando un rato si dedicar esta entrada postelectoral a comentar la aplastante victoria del PP y el hundimiento del PSOE o no malgastar nada de mi tiempo en este asunto y hablar sólo del movimiento ciudadano que surgió en este país hace ya una semana. Al final, he optado por hacer un batiburrillo con los dos asuntos.

Que el PSOE se iba a pegar una hostia importante estas elecciones era evidente. Lo que pasa es que ni ellos se esperaban que fuera tan grande. Y el PP tampoco creo que esperara un éxito tan rotundo. De ahí su euforia. Tal era el éxtasis en Génova, que los militantes y simpatizantes de la gaviota gritaban enloquecidos: “esto es democracia y no lo de Sol”. En fin, si ellos consideran democracia únicamente a introducir un sobre en una urna, deberían hacérselo mirar.

Lo que es bastante preocupante es la cantidad de votos en blanco y votos nulos que se han emitido en estas elecciones. Casi un millón en total, lo que sumado al abstencionismo, arroja unas cifras de descontento en la población que deberían de suponer un toque de atención para la clase política. Pero claro, ellos siguen a lo suyo, mirándose su ombligo.

Pero mientras la alegría invadía Génova y la tristeza Ferraz, en Sol se hacía una sentada y se guardaba un minuto de silencio que finalizaba con un grito ensordecedor y los cánticos habituales coreados estos días. Aunque después de un intenso fin de semana, la céntrica plaza madrileña está ahora más solitaria y se nota ya el cansancio y cierto desánimo en el ambiente. Tal vez ha llegado el momento de reinventarse, de dar un paso más en la lucha y las reivindicaciones. Es el momento de hacer más ruido, de manifestarse frente al Congreso o de llevar las propuestas surgidas en las asambleas a las instituciones. En definitiva, tratar de ir un poco más allá para que se nos escuche de verdad. ¿Cómo? Esa es la cuestión fundamental. Pero lo importante es avivar el fuego, porque la chispa ya ha prendido.

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